Suelo pasear por las jardinerías de mi ciudad muy a menudo. Observando esta, aquella y esta otra plantita, las flores, las orquídeas... el tiempo vuela. El panorama me alimenta el espíritu.
Tengo plantas en mi casa. Brujitas, helechos, cáctus y suculentas, violetas, begonias, orquídeas... nada más hago verles los retoños para rebozar de alegría...
Una vecina y amiga me ha sugerido instalar un vivero sobre el techo de la casa donde vivo. La idea está genial. Pues allí puedo colocar mis trinitarias y las tú y yo que se deleitan en pleno sol.
La idea de Mildred, mi vecina, es que poco a poco venda las plantas que reproduzco y que compro en los viveros que visito. Dice que como amo las plantas, me gusta verlas crecer y recuperarlas de los bichos, puedo vivir de ello. Por aquello de que si trabajas en lo que te gusta el triunfo está asegurado.
He empezado a reproducir algunas plantitas. Y la verdad, no caben en mi cocina, donde entran los más hermosos rayos del sol. Ella, mi vecina está entusiasmada con la instalación del vivero. Yo también, aunque la idea de la venta no sé... es que nunca lo he hecho. Mi oficio tiene nada qué ver. Ya veremos cómo termina la cosa :) Ya su esposo despejó el techo y tenemos vistos los espacios donde estarán las plantas de sol y de semi sol... y las de interior...
En lo que llega el presupuesto para comprar los materiales, he diseñado este blog. Y si algún aficionado o amante de la naturaleza desea compartir sus conocimientos y sus plantas por aquí, pues me animaría mucho y aprendería más sobre cómo cuidar las mías.
¡Hasta pronto!
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